martes, 22 de diciembre de 2009

LLegaron las notas

Estamos orgullosos con las notas de nuestro hijo. El efuerzo compartido ha obtenido sus resultados. Tan sólo tres alumnas y dos alumnos no han tenido suspensos en este primer trimestre. Cinco de veintinueve han aprobado todo. !Es una barbaridad! Esta constatación me produce tristeza y en parte susto.

Y vuelvo, erre que erre, a mis disquisiciones sobre la enseñanza: ¿Qué está pasando con nuestra tarea como profesor? Pienso, y afortunadamente muchos compañeros y compañeras también, que nuestra tarea no consiste en enseñar, sino en ayudar a aprender. El que aprende es el alumno y nuestra tarea es facilitarle ese aprendizaje. Lo verdaderamente importante es si el alumno está aprendiendo o no, y afinando un poco más, lo importante, no es enseñarles sino estimularles el deseo de aprender. En ningún momento el alumno es el enemigo a batir. El éxito de nuestros alumnos es nuestro éxito profesional en cuanto profesores. Los niños son siempre las victimas de los problemas de los adultos. Como dijo la tutora, el día de la entrega de las notas, los niños están nerviosos por los problemas de las casas, en clase lo verbalizan todo. Si el alumno no aprende no es su problema, es nuestro problema. Y en nuestro problema incluyo a padres y madres y enseñantes.

Los mayores números de suspensos en la clase de nuestro hijo se han cosechado en Educación Plástica y Educación Musical. Un elevado número de suspensos en una materia puede ser tanto un signo de prestigio (un profesor exigente) como un indicio de ineptitud (profesor incapaz de enseñar a su alumnado). Me consta que en estas asignaturas se han dado notas sumativas de exámenes y se han bajado en función de criterios que no están claros. ¡Y eso es lo peligroso!
El caso del amiguito de mi hijo, que terminará aprobando a final de curso, es un ejemplo. Recibe un suspenso en música con un 4,6, otro en francés con un 4, en todas las demás asignaturas tiene notable. No ha tenido conocimiento por parte de las profesoras de cuáles han sido las notas de los dos últimos exámenes y se encuentra con las sorpresitas el día de la entrega de los boletines. En el cuadrante sobre los comentarios de los suspensos que traía la tutora no habia recogido ninguna apreciación. Esto no es serio señores.

Las desvalorizaciones en público sobre la clase es otro tema a denunciar. Nuestro hijo venía llorando el penúltimo día de clase por el tono y los comentarios tan ácidos de la profesora de francés al grupo. No entendía nada.

Sigo contando el final del trimestre: el profesor obsesivo los convocó a un examen el 21 de diciembre, para que que estén calladitos esa hora, me imagino. No ha contado, para nada, con el cansancio de los alumnos y alumnas. Va a repetir la prueba de los mapas, entre otras cosas porque no estaba claro lo que se tenían que estudiar y han fallado la mayoría. Lo que importa es avanzar materia. Despachar... Despachar y que estén quietecitos...

El equipo educativo es muy trabajador, nos dice una y otra vez la tutora queriendo justificar la acumulación de conocimientos que imparten sus compañeros y compañeras y nos entrega, a los padres y madres, junto con las notas, considerables tareas para las vacaciones de las asignaturas de Ciencias Naturales, Música, Inglés, Matemáticas y Sociales para toda la clase. ¡Una alegría!

Nosotros opinamos que las vacaciones son para desconectar y cargar las pilas. No nos da miedo decirlo claramente porque creemos que somos unos padres que contruibuimos significativamente a que nuestro hijo tenga éxito en el instituto. Somos muy conscientes que la autoestima de nuestro hijo y su mejor rendimiento escolar depende en parte de nuestra implicación. Sabemos también que la relación con él será más gratificante en la medida que nuestro apoyo se haga palpable. Estudios hechos avalan que la falta de atención de los padres crean hijos con bajo rendimiento escolar. Esto lo sabemos nosotros y unos pocos más, pero ¿qué pasa con el resto de los niños y niñas que no tienen unos padres y madres informados sobre estas cuestiones?

Me adhiero al comentario de un profesor amigo que ante mis quejas, me constata: "A ver cuándo nos vamos a enterar que hay que evaluar ante todo el trabajo que se realiza en el aula".
Siento pena cuando una compañera que acaba de jubilarse me transmite que ella, siempre ha sabido que daba clases para siete, que eran los que la seguían.

jueves, 17 de diciembre de 2009

Las horas de lectura.

El profesor que le imparte las dos horas de lectura a la semana a mi hijo recibe su aprobación: "Es bueno mamá". Sin embargo mi hijo no muestra mucho entusiasmo por esas horas de lectura. Cuando le pregunto por ellas me constesta: "psch, bueno... si, bien". Por mi parte, me encanta el libro que ha elegido este profesional. Tengo que señalar que a mí, los materiales didácticos me chiflan.

Textos y estrategias lectoras de Bruño, toca una gran variedad de tipos de textos y creo que la selección realizada por los autores ayuda a desarrollar la sensibilidad a estos medios adolescentes de primero de la ESO. El libro contempla ejes interdisciplinares motivadores, de matemáticas, de ciencias sociales, de ciencias naturales y de áreas artísticas. Por resumir mi apreciación, diría que cumple dos objetivos fundamentales para la impartición de esta "asignatura":

1. Desarrollar en el alumnado todas las habilidades necesarias para leer diversos materiales escolares y no escolares, hacerlo habitualmente y disfrutar con la lectura.
2. Priorizar el desarrollo por parte del profesorado de las estrategias necesarias para que el alumnado alcance el mayor nivel de competencia lectora.

Detrás de estos objetivos aprecio que impera el ideal, más que loable, de transformar la comunidad educativa en lectores y es que como dicen Cerrillo, P. Larrañaga, E. y Yubero, S.:

"Parece que hoy entendemos como Animación a la lectura - y no tiene que estar mal- el conjunto de actividades, técnicas y estrategias que persiguen la práctica de la lectura, aunque teniendo en el horizonte, la meta de formar lectores activos, capaces de comprender mensajes diferentes y de relacionar una historia en su contexto".

Acerca de este tiempo de dedicación a la lectura me gustaría introducir dos pequeñas reflexiones. Si el profesor imparte sus clases en la misma aula desnuda de todos los días y aparece a los ojos del alumnado una vez más como una autoridad, encarnando la disciplina, difícilmente fomentaremos la lectura. Pienso que tenemos que procurar que los estudiantes vean la lectura como algo gratificante y agradable. Quizás para ello lo interesante sería que pudieran acudir a otro espacio con otra distribución distinta a la del aula de todos los días. Los ratos de lecturas se desligarían así del estudio y los deberes.

Otra consideración que deberíamos contemplar sería el vínculo importante que podríamos establecer con la lectura y el mundo exterior. Son sumamente saludables y gratificantes para el alumnado de secundaria los paseos en relación a ella: al campo, al bosque, a la playa. A mí no se me olvidará nunca la visita a la casa de Juan Ramón Jimenez, en Moguer, que hicimos estando en Sexto de Bachillerato con nuestro profesor de literatura. Las casas museos de los escritores se convierten en paseos literarios conmovedores y llenos de misterios. Quizás penetrando en el mundo íntimo de un escritor le daríamos a nuestos pupilos más interés por aprender.

Se me vienen a la memoria recuerdos de mi infancia, en Francia, ligados a la lectura. Estos van unidos a la enorme biblioteca del instituto en el que estudiaba, donde nos atendía el "documentaliste". Tratabamos con una persona, amable, que se interesaba por lo que buscaba y te animaba con recomendaciones de libros. Tu panorama de pequeño lector (tenía la edad que ahora tiene mi hijo) se ensanchaba. La curiosidad me carcomía. Se establecía un vínculo personal, distinto y único con esa persona que sabía tanto y que estaba ahí el día de la devolución para que le contaras en pocas palabras lo que te había parecido la lectura que habías elegido.

Os voy hacer un confesión, estas reflexiones me surgen desde la frustración de no conseguir que mi hijo se enganche de un modo espontáneo a la lectura. Cómo mola (Manolito Gafotas) de Elvira Lindo ha sido el libro de lectura elegido por la profesora de lengua para este primer trimestre. A mi pregunta: "¿Te está gustando, hijo?" obtengo un: "bueeeeno, no mucho...". A mi hijo no le gusta leer.

Al no conseguir mi deseo de convertir mi hijo en lector, he indagado en páginas webs para buscar información sobre cómo fomentar la lectura en los niños y os aseguro que he cumplido casi todos los requisitos que sugieren. En casa se lee y mucho. Tenemos una nutrida biblioteca -la suya no está mal tampoco-. Hemos leído desde pequeñito todas las noches y aún hoy lo sigo haciendo esporádicamente. Le regalamos libros de todo tipo; cuentos, cómics, biografias, poesías... con hermosas ilustraciones, en tres fechas claves del año: por su cumpleaños, en Navidad y en verano. En esta época le obligamos a dedicarle una media hora diaria a la lectura. Aquí me salto a piola al escritor D. Pennac, que por cierto me encanta, que recomienda que no se le obligue al niño a leer. Pues nada...no le nace ese AMOR A LA LITERATURA.

Me queda llevarlo a comprar sus propios libros. Estas navidades pienso recorrer algunas librerías de la capital con él -aunque sé que no serán unas excursiones vividas con mucha alegria-. ¡Ya os contaré!

Os revelaré que a veces tenemos encuentros "a la limón" (casi siempre cuando está malito) con algunas lecturas de textos en voz alta. Son ratos entrañables y a él le gustan, pero lo difícil es introducir esos momentos sin que sea algo forzado. Las biografías de Mozart, Albéniz, Cuentos Africanos e Hispanoamericanos, o poemas de Lorca , Machado o Alberti están en nuestro repertorio pero ¡QUÉ DÍFICIL RESULTA!

No termino de ver eso que se dice tanto de que "la familia desempeña un papel fundamental en el fomento del hábito lector de los menores. Los padres, con su actitud, pueden lograr que los hijos aprendan a amar la lectura". En nuestro caso no se cumple. A ver si este profesor, con su empeño, consigue un poquito más que nosotros. ¡Se lo agradecería tanto!


De excursión

Quedé en contaros la excursión a la representación de la obra de teatro: Las aventuras de Sherlock Holmes a la que fuí, como madre acompañante, con el grupo de clase de mi hijo. Acompañamos a la tutora tres madres. M.A va siempre a las excursiones con "sus madres" como ella dice. Nos hizo un día luminoso aunque frío. Los alumnos y alumnas estuvieron muy atentos a la obra, no dieron la nota y la mañana transcurrió sin ningún incidente a pesar de la buena caminata que emprendimos a través de la ciudad hasta llegar a una plaza del parque donde eso sí, J...ito no dejó vivir en paz ni un minuto a las pobres palomas.

La experiencia fue muy interesante aunque en parte dolorosa pues tuve la ocasión de conocer los compañeros y compañeras de mi hijo que vienen en su gran mayoría de una zona desfavorecida de la cuidad. En su día ya me comentó la tutora que tenía 11 casos problemáticos en la clase. Son veintinueve.

¡Ay el vocabulario y las expresiones de algunas ñiñas! No es que me coja de sorpresa. Ya tuve ocasión de escuchar expresiones de alumnas que no sería capaz de repetir, un año que estuve desplazada en un centro cerca de la capital. El centro era pequeño, muy bueno y funcionaba a las mil maravillas. De esto hace 12 años. Mi intervención en estos casos es siempre la misma : "Hija con lo linda que tú eres, no te pega que hables así". Las alumnas se terminan riendo y no sé si se paran a reflexionar pero, enfín...



M.A tuvo que hacer una gestión de un ratito en un banco y no os quiero ni contar J...ito subido en las bicicletas municipales. "Chiquillo bájate de ahí que la vas a destrozar", era mi única frase. Se terminó bajando, claro está, pero esta vez la emprendió con la cabina telefónica contigua, la golpeaba, si cabe, con la misma fuerza y agresividad que a la bici.



Fue el único que comió en el autobus a pesar de la prohibición de la tutora y en el parque, hizo como el que se perdía para reclamar nuestra atención. M.A. caminaba sin volver la vista atrás y nos transmitía la siguiente consigna "No echarle cuenta, ya vendrá". Y así fue. ¡Tenía una habilidad increíble para coger las palomas del parque, las estrujaba frenéticamente con unas ganas...! "¡J..ito, chiquillo que nos van a multar, no ves los carteles!".

Lo poco de su historia personal que sé, me ha llegado a través de la madre del chiquillo que viene a dar clase de francés con mi hijo. Encerró a su hijo en los servicios en primaria y revolucionó todo el colegio con la búsqueda del niño. Su padre está en la cárcel por problemas de venta de drogas. Es el más pequeño de unos cuantos hermanos, le dan todos los caprichos y hace lo que le viene en ganas. Es huraño y agresivo como un gato revuelto. Su mirada penetrante y desafiante te sobrecoge. Sientes que no estás delante de un niño.

Tengo que decir, no obstante, a su favor, que me senté durante la representación a su lado y a pesar de haberle llamado la atención en dos ocasiones, me respetó, sin rechistar. Hace poco me enteré que fue él junto con otro de la clase los que, la primera semana de clase, amenazaron a mi hijo con pegarle a la salida.

Hace dos semanas un corrillo considerable se formó en la puerta del instituto. Pelea delante de la puerta del colegio. J...ito, no levanta dos palmos del suelo y desafiaba a un alumno de bachillerato que no entró afortunadamente al trapo.



La tutora aprovechó un día que no asistió a clase para hacer un pacto con la clase: " J..ito está todo el día llamando la atención, no le vamos a reír las gracias. Vamos a ser un piña todos en contra de sus chistes. Cuando vea que nos callamos antes sus ocurencias, se sentirá en evidencia y ya veréis como no molesta más". Dio la casualidad que mi hijo estaba con gripe y no asistió a clase ese día. A la primera de cambio J..ito dijo una de las suyas, la única carcajada que sonó fue la de mi hijo. M.A lo miró furibunda y él comprendiendo la situación agachó la cabeza. Más tarde, su tutora, le explicó personalmente el acuerdo suscrito con la clase.

¡Ay, J... ito! no hay por donde cogerlo! Mi hijo la otra noche antes de dormirse, a la hora de las reflexiones y de las confesiones, me dijo de repente sin venir a cuento: "Mamá J...ito, no tiene arreglo para la vida". Pues mira por donde su tutora está en el empeño y estoy más que segura que tiene a gran parte de su equipo educativo involucrado en el mismo barco. Me comentaba unas semanas antes: "Con él sólo pretendo este año que aprenda normas, que aprenda a saber comportarse en clase". Le habla con autoridad y sin condescendencia pero con un cariño hondo y sincero, que a mí me estremece. El día de la excursión me decía a ratos: "Sobre todo no puedo perder de vista a J..to".


A la reflexión nocturna de mi hijo no me quedó más que decirle para calmarlo: "Ya verás hijo, J...ito, con el tesón de esta profesora y vuestro apoyo, cambiará. Los resultados los veréis a final de curso."

En la clase hay seís repetidores. Uno lo conozco porque ha venido a casa en dos ocasiones, un niño listo, pero con poca atención por parte de los padres (problemas de paro) en lo que se refiere a los estudios. El delegado, inteligente espabilado; los demás no tuve ocasión de saber quiénes eran.

Una de las madres que venía a la excursión me contó el drama de su hijo, no lo han examinado nunca por escrito (pienso que el niño tiene un problema de visión) M.A, le ha dicho ya a la madre que no pasará de curso pero que su hijo este año terminará aprendiendo a escribir.

Una alumna con discapacidad mental me acompañó buena parte de la mañana con sus fantásticas disquisiciones.

Una chica marroquí de 14 años, sonriente y vivaracha, lucha contra las costumbres familiares para hacerse un hueco en la vida del instituto. Creo que disfrutó como ninguna de la excursión,, pues en un principio su padre se había negado a que viniera.


Abrazados caminaban un chico y un chica que no son pareja. Al comienzo de la representación les llamé la atención: "No es sitio para tanta efusividad. Ahora toca comportarse de otro modo". Mi hijo me trasmitió, muy enfadado de camino a casa: "¡Ay que ver lo que riñes! me ha dicho fulanito (el de los abrazos): ¿Y esta amargura, tienes tú que aguantar todos los días?". Yo me reía a carcajadas.

Habia que habernos visto atravesando, un barrio de la cuidad donde vive una parte de su burguesía, buscando un bar donde comprarle un bocadillo al chico de nacionalidad china que también tiene su sitio en esta clase de primero. A M.A. se le iba la vida en ello. Con su brazo echado por los hombros, como una madre, no cesó hasta encontrar un lugar donde su niño pudiera desayunar. El resto de la clase en la puerta del bar. Alrededor de la profesora fueron la animación de la mañana.

Tengo que decir que ese día no acudió a la excursión un chico de raza gitana porque llevaba una semana en Málaga con la familia. Su abuela estaba muriéndose. ¡Son sus costumbres!

Llevo seis años fuera del sistema educativo y tengo que confesarlo, estuve unos días un poco impresionada con la diversidad de la clase. Cada día me reafirmo más en que no podemos soltar a nuestro hijo. ¡Hay que estar encima! ¡Es muy fuerte el ambiente con el tiene que codearse y está indefenso muchas horas a la semana. Nuestra vida familiar es la que tiene que darle seguridad a esas largas mañanas escolares donde tiene que sentirse, sin duda, muy solo.

He sabido hoy que nuestro hijo junto con cuatro más de la clase han aprobado el primer trimestre de primero de la ESO. ¡El listón del instituto es el que es! Ya lo anunció la tutora en la reunión de padres de principio de curso.

Vive La France!

El perfil de la profesora de francés de mi hijo como profesional y experta en su materia es impecable. La perfección es su meta. Es trabajora como nadie pero no vislumbra ni por asomo que autoridad y afecto tienen que ir de la mano para que fluya la empatía con sus alumnos y alumnas. ¡Ah! tengo que señalar que esta profesora es joven, no está todavía ni en los cuarenta.

Os esbozo su retrato gracias a algunas aportaciones de hijos de amigos míos que están en el mismo centro que mi hijo:


Entra por las puertas de la clase gruñendo e irritada (viene enfafada de otro curso ), es incapaz de tomar conciencia de que pisa otro espacio emocional.



  • Habla a gritos: "¿Os habéis enterado?" es su mejor coletilla.


  • Quiere controlarlo todo y no es nada flexible, sirva como ejemplo la bronca descomunal que le cayó al curso de mi hijo porque tuvo que cambiar un examen que tenía programado desde el primer día de clase al asistir el curso a una jornada deportiva con los profesores de educación física.


  • No tiene habilidad para escuchar a su público porque entre otras cosas me imagino que piensa que a los niños no se les oye ni escucha.
Me entran muchas ganas de hacerle un regalo muy francés: la lectura de L´Emile de Rousseau el cual ya subrayaba la importancia de la expresión antes que la represión para que el niño sea equilibrado y librepensador. Claro que para tener este deseo de proyección en sus pupilos esta profesora insatisfecha, tendría que recordar el pensamiento de este filósofo de la Ilustración cuyo aporte principal a la pedagogía fue el de señalar que "el niño es un ser sustancialmente distinto al adulto y sujeto a sus propias leyes y evolución, un niño, no es un animal, ni un hombre, es un niño" apuntó Rousseau.

Me cuesta trabajo decir, entre otras cosas porque me invade la pena, que no sabe aplicar destrezas de interacción y que en sus clases impera la falta de respeto hacia un público que debería considerar como unidades fragmentadas y únicas. Cuentan los enterados en la materia que en eso consiste el Arte de enseñar. Valgan estos dos datos para ilustrar lo que os expongo: los alumnos y alumnas no han tenido derecho a saber la nota del control principal del trimestre antes de la evaluación, explicación no han recibido ninguna. Si han tenido derecho a insultos a lo largo del trimestre: "Soís unos mongolos", "¡Qué asco de niños!, ¡Y esta pena! profiere sin reflexionar en voz alta antes niños asustados. Mi hijo ayer venía llorando por el trato que habia recibido por su parte al preguntarle (con educación) acerca de la confección de una tarjeta de navidad que estaba preparando para los padres. Por cierto, no la hemos visto, nuestro hijo no debía estar muy ilusionado por hacernos esa entrega, está claro.

Si pudiera, por desgracia nos conocemos, me gustaría poderle transmitir con Augusto Cury que "La verdadera autoridad no se conquista por el tono de voz, la presión social, la agresividad o imposición de ideas, sino por la admiración, la confianza, la empatía y la sabiduría".

También le citaría con un acento tan impecable como el suyo (soy bilingüe) a Durkheim: "L´esprit n´est pas une forme creuse que l´on peut façonner, directement comme on façonne un verre que l´on remplira ensuite. L´esprit est fait pour penser des choses, et c´est en lui faisant penser des choses qu´on le forme".

Y a mi hijo, que está sacando buenas notas, no me queda más que repetirle (por eso de la imagen de la autoridad de la profesora) "Sí, hijo, es verdad.., te comprendo; pero vas a aprender mucho francés porque esta profesora sabe mucho, hijo.., sabe mucho. Para mis adentros pienso: "¡Ya se podría ir a la UNIVERSIDAD!"

jueves, 10 de diciembre de 2009

Escala de valores.

Ayer estuve visitando a mi médica rehabilitadora, doctora y madre de dos hijos. Trabaja en la Seguridad Social y tiene consulta propia. La conozco desde que era adolescente por ser amiga de su hermana mayor. Con esto quiero apuntar que sé de buena tinta lo brillante que ha sido en sus estudios.
Da la casualidad que vivimos en la misma urbanización y mientrás me recetaba, me preguntó, claro está, por mi hijo y yo por su hijo menor (dos años mayor que el mío) al que no veía últimamente jugar en el patio. Me aclara:"No... ¡qué va! se pasa las horas estudiando y los sábados por la mañana lo hace conmigo para poder por la tarde realizar su actividad favorita que es visitar vírgenes con su padre". "Parece que este año se está soltando un poco" prosigue."Ya no digo hemos sacado un seís, aunque, no te vayas a creer, sigo con el látigo a distancia, de otro modo, tú sabes... pero hasta el curso pasado sin soltar las riendas para nada".

Te quedan dos años me decía. Yo sé que habla con conocimiento de causa pues tiene otro hijo mayor que cursa segundo de ingeniería.

No pretento que mi hijo sea una lumbrera. Quiero que mi hijo sea feliz me verbalizaba y yo proseguí: "Entonces, estás como nosotros. El lema que impera en casa es el siguiente :" Que sea feliz, que sea buena persona y en tercer lugar que saque notable, que es su nota."

Confio en que nuestros hijos aprobarán el curso, pero la tristeza me embarga cuando pienso en cuántos se quedarán en la cuneta por no tener la atención necesaria por parte de sus padres...

Pienso que esta atención, muy escasa en la mayoría de los casos, se produce ni más ni menos que por falta de desconocimiento por parte de profesionales de la enseñanza y padres de familias de por donde van los tiros. Los profesores y profesoras de Pimaria en quinto y sexto le exigen a alumnos que razonen como niños de séptimo y octavo (el razonar consiste, sobre todo, en mandar muchos... muchos ... deberes). La mayoría de estos maestros están obsesionados con que los niños pasan al instituto y pretenden que maduren, que maduren ... les va en ello, en parte su honor. Por nuestra parte, los profesores de instituto, les exigimos que comprendan como niños de 14 años y no nos percatamos que existe un desfase de dos años de maduración que no está cubierto.

Los consejos por parte de muchos profesores a algunas madres desbordadas suelen tener estos soniquetes: "Señora, su hijo tiene que trabajar solo; tiene que hacerse responsable; tiene que organizarse; tiene que soltar los bastones; el que debe resolverle las dudas es el profesor, no usted; los niños tienen que estrellarse, así crecen; le está usted haciendo un flaco favor con tanto protegerle." ¡Horror! Ya hemos sembrado la confusión.

Yo sostengo que no nos damos cuenta de lo indefenso y perdido que están los niños de los 10 a los 14 años, a no ser que un adulto (padres, tutores en los institutos) sean muy conscientes de lo que están pasando y pongan un poco de concierto en tanto marasmo.

No quiero ni contaros dónde se quedan los comentarios expresados a esas madres en una sesión de evaluación en la que tan sólo se evalúa resultados.

Hagamos un parón y reflexionemos un poco: ¿ustedes creen de verdad que un niño de 12 años puede poner orden, él sólo, en 11 asignaturas impartidas por 11 especialistas que desean ser los mejores en su materia y que están constantemente poniendo controles?

El caso de nuestro hijo me sirve una vez más de ejemplo. Se ha examinado 25 veces desde mitad de octubre a mitad de diciembre. Ha entregado 2 murales, 1 trabajo y 10 láminas de dibujo. Deberes, hasta que intervino la tutora, ni contaros... Cómo dice mi tía Mari que ha tenido cuatro hijas estudiando (dos de ellas son licenciadas): ¡Esto es de locos!

Profesores de nuestros hijos.

Vivimos otros tiempos, está claro. Las madres y los padres nos estamos convirtiendo en profesores de nuestros hijos. Acabo de hablar con una tía de Barcelona y me cuenta que mi prima que tiene una hija de 11 años y un hijo de 9, los dos son licenciados (economista y abogado) y funcionarios de Ayuntamiento, están en la misma situación que nosotros, es decir entregados a LA CAUSA DE LA ENSEÑANZA. Deberes y más deberes hasta las tantas; exámenes y más exámenes...

No sé lo que está pasando con los profesores me dice. Mi sobrina tiene tres hijas y no sabe donde acudir menos mal que mi hermana (profesora jubilada) le ayuda con la mayor...¡Esto es de locos!...¡Esto es de locos!

Una compañera de inglés que tiene tres hijos está entrando de nuevo en depresión, desbordada por las materias que tiene que impartir por las tardes en su casa."Me paso las horas de mesa en mesa" me dice "Y la ropa de verano sin cambiar, en los armarios". Ha tenido que pedir ayuda sicológica porque ya no puede más.

La semana pasada en Delegación (fuí a entregar el concurso de traslado de mi marido) me encontré en la cola a una antigua compañera de Instituto que hacía doce años que no veía. Nos pusimos al día del transcurso de estos años y le comenté:"Figuráte, las tardes muy entretenida pues tengo un niño en primero de la ESO" y a renglón seguido le cuento por encima mis tardes. Una señora (profesora) que me estaba escuchando intervino en la conversación diciéndome: "Así estoy yo con mi hijo y cursa ya cuarto de la ESO. Está en tal instituto que tiene más nivel que en el que yo estoy y no puedo soltarlo. Soy una esclava de él". Con tono de desespero prosiguió: "No sé si dejarlo sólo que se estrelle de una vez por todas, a ver si espabila". Mi respuesta a su comentario fue la siguiente: "Pues yo no pienso dejarlo. Prefiero que vaya cogiendo una base firme para que de este modo pueda enfrentarse a estudios posteriores con éxito. Al acercarse su marido (profesor también) que estaba por allí también le refirió: "Esta señora está como yo con nuestro hijo."

Tengo que añadir que al esfuerzo intelectual y la inversión de tiempo que le dedicamos mi marido y yo, tenemos que sumarle el esfuerzo emocional que ello nos conlleva. En momentos de agotamiento nos decimos que ya le veremos los frutos más adelante y nos consolamos diciéndonos: "Como todo lo que nos ha ocurrido a lo largo de nuestras vidas."

Tenemos un niño muy espabilado, vital, colaborador, curioso, sin ninguna dificultad de aprendizaje y para nada flojo pero, por mi parte, no me da verguënza confesarlo, tengo que calmar casi a diario un discurso interno que me culpabiliza recriminándome y diciéndome que no lo estoy haciendo bien: "El niño debería ser más autónomo, tendría que tener más capacidad de organizarse, etc..."

A mi culpa debo sumarle el comentario sarcástico de generaciones anteriores padres y madres de familia numerosa (padre, madre, tíos, etc...): "Y eso que sólo tienes uno. Si hubiese tenido cinco como tu madre."

Y digo yo: ¿Es que todas las madres de ahora somos más torpes que las de generaciones anteriores?.

NO, NO y NO . ¡Tan sólo estamos viviendo nuevos tiempos! ¡Y si aquellos fueron difíciles, estos no lo son menos! Además de ser madres nutrientes, tenemos que ser intelectuales o tener una culturilla básica más que decente para llegar a impartir una ESO. Entre las muchas cualidades que se le exige de una madre de hoy está la de saber hacer resuménes y esquemas de "Cono"y si a esto le añaden ustedes algunos que otros conocimientos de didácticas su hijo o hija irá para adelante.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Un fin de semana cualquiera...

¡Cómo pasan las semanas! ¡y los fines de semanas!

Este no ha sido tan estresante como otros anteriores. Puede estar influyendo que la semana que se avecina viene ligera de equipaje pues mi hijo tiene dos excursiones: una el lunes al teatro y otra el martes al polideportivo toda la mañana. Esta noche, estaba tan emocionado que se ha dormido a las once en punto a pesar de haberse levantado hoy pasada las diez y media.

Pero hagamos el balance del "finde". El viernes tarde tiene ya asignada su hora y pico de francés con el amiguito de mi hijo de invitado. Tengo que reconocer que hacen un gran efuerzo y que se les nota cansados de la semana pero el hecho de saber que luego les toca jugar les hace cumplir con su responsabilidad sin grandes protestas...

El sábado a las once nos hemos estado paseando por los continentes del mundo y hemos revisado con mapas flah en internet el relieve de Europa y de España. Gracias a los esquemas hechos sobre el tema y el ordenador como herramienta el rato de estudio se prolongó en una hora que pasó casi sin sentirse.

Durante un buen rato "Jingle Bells" sonó una y otra vez por la flauta dulce...Y los consabidos :" bien , ahora te ha salido bien , repitelo una vez más..."cómo no, también.

Domingo : ¡Ay! ¡Ay! que son ya las doce ... Vamos a ponernos a trabajar que tenemos que salir a almorzar. Otra vueltecita al francés. La profesora es muy exigente y no podemos dejar de lado la civilización y la geografía. ¿Y si toca en el examen? Es curioso cómo mi hijo coge la pronunciación de este idioma sin ninguna dificultad. Su opinión acerca de esta lengua es que es muy elegante. No está mal como comentario ¿verdad?

El vocabulario de la lección de Sociales ha tenido su repaso (os dije que iba a poner en práctica lo de los vocablos técnicos). Volcanes, terremotos, golfos archipiélagos etc; una visita a internet para distinguir correctamente las formas del relieve de la Tierra y le damos carpetazo al asunto, no sin antes traer a colación la respuesta de mi hijo a mi pregunta :"¿Te resulta más fácil estudiar con los esquemas?" Mucho más...así tardo menos. Lo otro (resúmenes) era todo letras y me agobiaba más." ¡UF!

Hoy estoy muy satisfecha... Hoy hemos disfrutado los dos estudiando.

sábado, 28 de noviembre de 2009

Para qué evaluar...

Varios padres interesados por el rendimiento de sus hijos en matemáticas, se han quejado de que los exámenes son demasiados largos. La respuesta de la tutora ha sido sido la siguiente: "que lo hagan en dos días, de lo que se trata es de comprobar lo que saben los niños y niñas ¿no? así que..." . Ella no tiene miedo a funcionar de esta forma. ¿Seguirán sus compañeros y compañeras más jóvenes sus consejos? ya os lo contaré en un próximo encuentro.

No piensen ustedes que el trato que recibo por parte de esta profesora de Lengua es debido a que yo soy profesora y también ex - colega suya. Para nada. Me consta de buena tinta, que escucha y acoje a cada una de las madres, "sus madres" como ella dice. Camino del café me expuso que no sabía lo que estaba pasando esta año, pues no tenía que convocar a las madres, que ellas mismas se adelantaban solicitando las citas.

¡Yo qué hago jubilada! me comentaba. Con la energía que tengo todavía ¡qué hago yo todo el día en mi casa! La verdad es que a sus 62 años tiene muchas aportaciones que hacer a la enseñanza. Es una apasionada de su profesión: "Mira lo que me han hecho mis alumnos y alumnas de Taller Literario, a partir de unas pautas que les he dado para construir un relato". "Están super ilusionados porque lo van a presentar a un concurso."

Ahora trae entre manos una excursión al Teatro con su grupo que realizaremos el próximo lunes; pero lo mejor es que ya está ideando las de los siguientes trimestres.Una al Museo de la capital y la otra por la ruta cervantina sevillana que culminaría con la compra de un libro en la Casa el Libro.

Nuestra conversación siguió acerca de unas adaptaciones curriculares que piensa aplicar a cinco alumnos y alumnas del grupo. Ya veís, no para...Pero no penséis que estamos delante de una profesora hiperactiva o algo "locati. Para nada. Los resultados de las producciones de su alumnos y alumnas con sus correcciones precisas e exigentes (apoyadas siempre por estudios teóricos sobre los diferentes tipos de textos) son las pruebas de que sus clases se aprende.

Los problemas de comportamiento (leves) de la clase nos ocupó un rato también pero de esto ya hablaremos más adelante. Hoy quiero terminar diciendo que acude todas las mañanas a las 8 horas y 10, a saludar a su grupo y les da las recomendaciones para el día. ¡Buen método para evitar que se escantillen sus tutorandos lo menos posible! ¿No es así?




viernes, 27 de noviembre de 2009

Cómo mejorar la Ortografía.

Cómo mejorar la ortografía de los alumnos y alumnas es una peocupación que está en la cabeza de cualquier equipo educativo. Hasta ahora la ortografía se penaliza en todas las asignaturas de Primero de la ESO menos en la de Lengua. "¡Cuidado con las faltas en los controles, que quitamos puntos!", amenazan sin cesar los profesores. La profesora de Naturales a principio de curso les dio incluso un baremo de penalización de faltas: "¡Tenéis que mejorar la ortografía!" A menudo el comentario suscinto sobre una prueba es el siguiente: "Has suspendido por las faltas" y ahí se queda todo.

Pero he aquí que interviene M.A. Tiene la cualidad (no cesaré de decirlo) de reflexionar sobre su trabajo y de intentar buscar soluciones que no sean frustrantes para el alumnado. Le ha sugerido a sus compañeros y compañeras que señalen unos 10 ó 12 vocablos específicos de cada tema y que la penalización de la ortografía se haga exclusivamente sobre esas palabras en ese control. Les ha propuesto además que se detengan unos minutitos para reflexionar sobre las reglas de acentuación del vocabulario seleccionado. Con ello pretende que poquito a poco, los alumnos vayan incorporando palabras nuevas con su correcta ortografía. A final de curso sumarían una cantidad considerable, ¿no creen? Entendidas así, las faltas de ortografía, a mi juicio, toman una dimensión más humana. ¡Me parece genial! ¿Será escuchada una vez más en sus ideas innovadoras?

Por mi parte pienso aplicar la técnica con mi hijo que algún que otro acento se deja en el camino...

jueves, 26 de noviembre de 2009

Conversaciones con la tutora


Reunirse con la tutora de mi hijo es siempre una alegría. Cuando hablo con ella siempre recojo algunas pautas de didáctica y metodología.

Este miércoles, me reuní con ella delante de un café, para saber de los avances de mi hijo. Le planteé que lo que más le costaba era memorizar, en parte, debido a su impaciencia. Se cansa muy pronto y eso conlleva discusiones que a su vez hartan hasta el más pintado.

Me hizó dos observaciones muy interesantes que apliqué ayer tarde con las asignaturas de Plástica y Sociales. La primera fue la siguiente: "No tendrás al niño estudiando más de 45 minutos seguidos. ¿No?" y la segunda me resultó más pertinente si cabe: "Empieza por presentarle el tema de una forma global. Los niños y niñas de ahora lo perciben todo globalmente. Que empieze a estudiar por el esquema y después que añada más conceptos del resumen al tema".

Tengo que reconocer que hasta ahora no he venido siendo sistemática a la hora de pedirle que memorizara. Unas veces hemos construido un esquema y hemos partido de él y en otras ocasiones el resumen nos ha servido de punto de referencia. Espero que me dé resultado.Ya os contaré.

M.A. me enseñó el examen práctico que mi hijo acababa de hacer el día anterior y me comentó: "¿Te enseñó tu hijo el examen teórico corregido?"."Es que los controles en mi asignatura se llevan a casa, son de ellos. Tienen que estudiar a partir de sus errores". "Ya le he informado al equipo educativo, con una LEY por delante, que los controles son propiedad de los alumnos y alumnas. ¡A ver qué hacen ahora! Como mínimo tienen la obligación de entregarlos y corregirlos en clase".

Esta profesora sabe ser jefe de fila, tiene autoridad.Es eficaz. Le gusta ver resultados.Os recuerdo que le pedí por teléfono que la profesora de matemáticas hiciera el favor de enseñar los controles a la clase. Su respuesta fue automática. El mismo día de la reunión corrigió el examen en la pizarra. Los alumnos y alumnas lo copiaron en su cuaderno y en una segunda sesión cada uno pudo ver sus errores. No se me olvida la expresión de júbilo de mi hijo cuando llegó a casa a mediodía y me dijo: "¡Mamá, M. nos ha enseñado el control! ¡Qué fallos más tontos he tenido!".

Lo mismo ha ocurrido con los deberes que solicitaban a diario cada profesor. Desde el jueves de la semana pasada nos hemos visto algo aliviados de tantos ejercicios. Ella opina que los profesores tienen que mandar los necesarios, pues los alumnos y alumnas no deben tener una jornada laboral más larga que la de un adulto."Los niños pasan ya seis horas diarias en clase, no pueden estar trabajando cuatro horas más todas las tardes, asi se lo he expresado a mis colegas" me refiere. Además continúa: "Los fines de semana deberían de ser para descansar y disfrutar de la familia".

Ese mensaje parece que ha calado en algunos miembros del equipo educativo. No obstante ayer, sin tener que hacer deberes, estuvimos tres horas estudiando: Inglés, Sociales y Plástica. Son los controles que están en puerta.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Otro tipo de lección.


Otro fin de semana se presenta. Gracias a la intervención de la tutora en la última reunión de equipo educativo los niños y niñas no traen deberes, tan sólo tienen que estudiar.

El viernes por la tarde antes de acudir al entrenamiento de fútbol decidimos echarle una horita para preparar el examen de Francés del próximo martes. La tarde se hizó liviana porque teniamos un amiguito de la clase agregado y a nuestro hijo eso de tener invitados le encanta...

El sábado a las 11 horas ya estamos antes el resumen de la lección dos de Plástica avanzando hacia el control del viernes próximo, pues con el vocabulario que toca, como para aprendérselo el día antes. A continuación se le siguió hincando el diente a la lección tres de Sociales y por último un buen repaso a Matemáticas. ¡Hay que asentar bases!.

Domingo a las 11 de nuevo sentados antes los apuntes. Esta vez le ha llegado la hora a Naturales. ¡Menos mal que el tema de los vertebrados es atractivo! Por fin el trabajo de Religión sobre el Cristianismo se ha terminado de perfilar (con su portada incluida); pero todavía quedaba progresar con Sociales... vamos a echarle media horita más. Ya por último, con protestas incluidas, rematamos con una cuestión de Lengua.
Camino de casa de los abuelos decidí charlar un ratito TRANQUILAMENTE con mi hijo acerca de sus protestas y sus llantos por tener tanto que estudiar. Resultó ser una conversación a tres pues su padre intervinó también. "Tú sabes que vives en un mundo rico, donde no te falta de nada; tienes toda la comida que te apetece, ropas, juguetes, amigos que vienen a casa cada vez que lo deseas, papá y mamá te acompañan a todas las actividades que pides, nos tienes a tu disposición para ayudarte en tus estudios. En cambio en el mundo hay millones de niños que pasan hambre y que sufren explotación por parte de los mayores, que no pueden preocuparse por su futuro porque lo único que tienen que hacer es buscar comida para el día que están viviendo". Su padre prosiguió: "Así que hijo, cuando antes te enteres que tienes como única responsabilidad estudiar, mejor. Que sepas que el hecho de estudiar y tener una buena cualificación es lo que te va a permitir mantener todas las cosas a la que estás acostumbrado. El sacrificio lo tienes que hacer ahora, hasta los veinticinco años, porque todo lo que no hagas ahora después no lo podrás recuperar. Es muy posible que no te guste de mayor estudiar tanto como a nosotros, por lo tanto ahora toca esforzarte".

No hubo réplicas por parte de nuestro vástago...

viernes, 20 de noviembre de 2009

Bien por la profe de inglés

La profesora de inglés tiene también sus años de experiencia en la enseñanza pero no está "quemada". Eso sí, me consta, que está bien cansada al final de la mañana después de haber luchado intensamente con una media diaria de 120 alunnos y alumnas.

Es entusiasta, se ríe con los niños, los deja moverse, hace las clases amenas y muy llevaderas y lo que es de resaltar no tiene miedo a poner buenas notas. Desde aquí, gracias, a esta señora que ha sabido elegir un manual con contenido pero atractivo para su alumnado.

Descubrir que tu hijo va a clase con ganas, sin presión, se agradece enormemente en los tiempos que corren. ¡Tan difícil es no ser causa de angustía para los estudiantes!
Está claro que esta profesora es fuente de motivación: "Nos ha dicho que tenemos que leer un libro de lectura, mamá" me expresa mi hijo con alegría.
No tenemos agobio de tareas en casa. Estas se realizan en su mayoría en clase. Nuestro hijo estudia una hora a la semana con una profesora especialista y avanza sin problemas.

Nosotros sabemos de sobra que un idioma se aprende a pequeñas dosis (un cuarto de hora diario nos parece la medida justa). Los consejos de la profesora van en el mismo sentido. De este modo se va creando una madre que es la que permitirá que surjan nuevos retoños.
Creemos como enseñantes que somos, que lo más importante en nuestra profesión es no producir rechazo en nuestros estudiantes. Si en las clases se fomentan la interacción y el intercambio habrá sin lugar a duda aprendizaje. La profundización vendrá después. La vida se encarga siempre de pedirte que te especialice en una materia u otra. ¡Y claro que lo haces cuando estás motivado o la necesidad te apremia!

La profesora de Lengua: un ejemplo a seguir.


Estoy encantada con la profesora de lengua de mi hijo. Sé que a final de curso, sabrá enfrentarse a la redacción de un texto escrito sin miedo. ¡Con lo díficil que es trabajar la expresión escrita! Ella, con una profunda reflexión sobre su asignatura y con gran empeño, lo consigue pasito a pasito con sus treinta alumnos y alumnas de primero. En sus clases impera la creatividad y el estusiamo, a pesar de sus 40 años en la profesión (creo que es maestra, además de licenciada). Corrige sin parar con una letra de molde impecable. Sus apreciaciones son simpáticas, positivas, conectan con sus pupilos que avanzan casi sin darse apenas cuenta, cada uno a su nivel :"Fulanito eres un chapucero, por qué no has respetado la estructura que se te dió? Anda repite el texto de nuevo."Otra apreciación puede ser la siguiente: "Muy bonita la historia, menganito y muy bien los párrafos. Sólo un "pero" , había un vocabulario y un comienzo de la historia que no has respetado (has escrito a tu bola) te lo recuerdo..." Y aparece escrito el vocabulario que tenía que haber empleado así como el comienzo de la narración "Aquella noche, todo era silencio en el pequeño pueblo de la montaña" en la hoja que había que entregar.

El libro de texto le sirve de referencia. M.A. no empieza por la lección una y termina con la quince a final de curso. Hace un uso crítico de él, sin menospreciarlo. Es consciente que prepara a alumnos y alumnas que en los cursos venideros pasarán a manos de otros compañeros y compañeras que siguen otra metodología muy diferente a la suya.

Este trimestre ha extraído del libro las páginas :10, 14,15 y 26 con sus conceptos teóricos. Estos se trabajan en clase bajo forma de esquemas.En un primer examen en noviembre sus alumnos y alumnas desarrollarán esta teoría aprendida; pero por ahora, lo que les ocupa más tiempo es avanzar en la redacción, que traen entre manos, de la primera parte del libro: Juegos y Deportes que están elaborando.

Los padres, en una reunión de tutoría (tenemos la suerte de que es la tutora del curso) fuimos informados de que cada uno de nuestros hijos traerían a final de curso su propia producción escrita. El libro que están construyendo constará de las siguientes partes: Prólogo, Recopilación de juegos y deportes, Poemario, Catálogos de juguetes y elementos deportivos, Cuento y Diccionario. Cada una de esas partes tiene una intencionalidad (llamémosle objetivo) muy clara por parte de la profesora y está recogida desde principio de curso en un esquema en el bloc de anillas de "sus niños" y es que es así como les gusta a ella llamarlos.

A mi hijo se le llena la boca cuando me dice "Mamá, M.A es buena". Es "la mejor", me cuenta una chiquilla de la urbanización que la tuvo el curso anterior.

Cariñosa, atenta a las dificultdes de cada uno de sus alumnos y alumnas, su objetivo primordial es que aprendan y sabe que, si de algo requiere el aprendizaje, es de tiempo; así que entrega los textos realizados, la mayoria hechos en clase (cartas, instrucciones, juegos de antaño, reglas de juegos, etc...) con tan sólo algunas correcciones. Es muy cuidadosa y no quiere abrumar al alumno o alumna con demasiados tachones. A renglón seguido le toca al discípulo corregir y enmedar de nuevo su trabajo. Y es que los borradores son indispensables para alcanzar un texto preciso y claro.
Quiero recoger aquí uno de sus comentarios, merece la pena resaltarlo: "Hay que apretarle las clavijas intelectuales a los niños, de nada nos sirve hacer ejercicios sueltos, dejémosnos de trabajitos manuales, el texto como unidad de comunicación completa es lo que importa". Y así buceando diversos tipos de textos escritos se pasan nuestros hijos las cinco horas semanales de clases. Ello da pie a por un lado a revisar la ortografía que todavía hay que perfilar, aprender vocabulario nuevo que a menudo se recopila de las familias, introyectar una estructura precisa con la intención de definir palabras y buscar las ideas principlales de un parráfo con el fin de que en junio, los alumnos y alumnas hayan asimilado la técnica del resumen sin percatarse de la tarea tan esencial que han estado desarrollando.

jueves, 19 de noviembre de 2009

Suspendo Mates, pero no veo ni mi examen.


La profesora de matemáticas es una persona joven, amable, cariñosa. Los alumnos y alumnas están contentos con su forma de impartir las clases. La única queja que tienen (su fama es conocida en el instituto) es que manda muchos ejercicios a diaro y que los exámenes son muy largos y no da tiempo a terminarlos.

Acaban de recibir la nota del segundo examen de la evaluación: siete aprobados, el resto suspensos. (Su análisis: "el examen era fácil, los alumnos se han confiado"). El problema que se nos presenta es que por costumbre no enseña los exámenes. Afortunadamente el curso tiene una tutora que se preocupa y ha atendido las quejas que le hemos dirigido algunos padres. A raíz de una reunión de equipo educativo, hoy por fin ha corregido el examen en la pizarra; pero hasta la presente ningún alumno ni alumna ha podido ver su control...Vamos a darle un voto de confianza, el prómimo día a lo mejor cada uno de los alumnos y alumnas tiene su prueba delante de los ojos para ver donde ha fallado.

Me parece increíble que los padres pasemos de recibir los exámenes de nuestros hijos e hijas para firmar en casa, a no ver que tipo de control realizan a lo largo del curso. ¿Qué miedo subyace detrás de esta postura ?¿Por qué tanta inseguridad por parte del enseñante?. ¿Estos profesores de instituto han pensado lo indefenso que están sus alumnos y alumnas?

Por mi parte, pienso que con 12 años un niño no está maduro para valorar donde ha cometido equivocaciones pero antes todo me parece que es una falta de consideración hacia el que aprende el no tener su trabajo presente a la hora de corregir sus errores. ¡Tanto como se habla de la pedagogía del error! Está visto, que muy pocos profesores la tienen en cuenta.

martes, 17 de noviembre de 2009

Recordando las normas, que mañana toca Plástica


1. Debo estar sentado en mi sitio, con el material preparado antes que llegue la profesora.
2. Es mi obligación traer todos los días el material necesario para trabajar la materia.
3. Debo permanecer durante la clase sentado en mi sitio, en silencio, atento a las explicaciones y trabajando las láminas.
4. Debo presentar las láminas al día fechado par su entrega, si me retraso me bajará la nota de la lámina
5. No puedo levantarme sin permiso, ni girarme durante la clase.
6. Mi mesa de trabajo y mi sitio deben permanecer limpios en todo momento.

¡Cuidado, Cuidado! que nos pasamos otra vez la hora copiando el tema que llevamos entre manos. El viernes toca teoría y ya van tres en este plan desde que empezó el curso hace dos meses.

No salgo de mi asombro pues la profesora es joven. Pertenece a una generación que sin lugar a duda, ha tenido que pasar por una academia para sacar sus oposiciones. Profesores con mucha experiencia le habrán hecho un seguimiento a sus unidades didácticas, le habrán resaltado el papel tan fundamental de la creatividad en su asignatura. Habrán insistido en el papel que tiene que jugar el profesor como motivador del grupo; pero todas esas enseñanzas se quedan en papel mojado una vez que se aprueba y se pisa el suelo de un aula.

Esta profesora ha retrocedido a una forma de impartir clase que ni ella mismo ha experimentado.¿Se pasará la tarde viendo "Curso del 63"?
Uno de los días en que un amiguito de mi hijo se quejaba le insinué: Es muy exigente la profesora ¿no hijo? Exigente no señora, ¡es mala! me decía en un tono compungido. Alumnos y alumnas más mayores del centro corroboran esta afirmación y añaden que es completamente arbitraria poniendo notas en un cuadernillo que los niños tienen que cumplimentar para final de curso.¡Para qué inventar más! Son dos días a la semana a rellenar: uno con cuadernillo y otro con teórica. ¡Qué manera de destrozar el Arte!

¡Para qué promover la experimentación! ¡Para qué estimular un diálogo con los alumnos y alumnas e intentar de este modo cambiar el enfoque de la enseñanza! Yo no tengo por qué ser responsable de utilizar las TICS en el aula. Eso para otros.

No entra en los pensamientos de esa joven profesora la gran motivación que supondría para su clase que introdujera un ordenador como herramienta de trabajo. Claro que para ello necesitaría primero pensar una actividad, definirla en condiciones y guiarla con cierta soltura.

Se ha parado a pensar esta especialista en Educación Plástica, que el pensamiento lógico, una actitud crítica (tan imprescindile para poder acercarse al Arte), un comportamiento social y cuidadano no tienen cabidas en unas clases expositivas y magistrales como la que imparte los viernes. ¡Qué más da que los alumnos y las alumnas se expresen, dialoguen e intervengan si a ella lo que le interesa es que estén lo más calladitos posible en su hora!

sábado, 14 de noviembre de 2009

¡Y llegó el fin de semana!


Sábado mañana: 11 horas. Estamos fresquitos y con ganas de estudiar. Avanzamos con entusiasmo en Lengua Española. Estamos preparando el examen del martes próximo: una hora. Pues vamos con el del Francés. Hoy tenemos un agregado para la clase, un compañero de mi hijo que como la gran mayoría de su clase está perdido(en su casa se defienden en inglés). Otra horita.

El horario de la tarde ya está señalado. A las siete, cuando se haya ido la luz del día, retomamos las clases. Trato hecho. Y le tocó el tiempo a las matemáticas: una hora más. La clase de flauta y el desciframiento de tres partituras de música tan sólo le llevó al padre y al hijo su media horita. El niño seguirá ensayando por su cuenta mañana.

¡Y por fin toca relajarse! Son las nueve, acaban de terminar de repasar el examen de ciencias que toca para el lunes y están satisfechos. Han discutido sobre las membranas de las diferentes células y parecen que han llegado a un acuerdo... Se recogen los libros con el horario de mañana domingo ya previsto.

Afortunadamente por ahora, nosotros no tenemos problemas de enfermedad, ni de pareja, ni de paro, ni de hijos en la adolescencia, ni de padres que cuidar... En fin, ya saben ustedes, esas viscisitudes que se añaden a la simple dificultad de vivir ¡que no es poca!

Y es que estamos pasando una época de normalidad más absoluta. Pero como bien dice una amiga poeta que tiene una sabiduría adquirida gracias a los reveses de la vida: ¡Bendita normalidad¡ Et pourtant... mi pensamiento (hoy sábado por la tarde más sereno por no estar tan acelerado) no deja de tener presente en esos muchos padres que no tienen la disponibilidad que tenemos nosotros para con sus hijos, que se van perdiendo con la raíces cuadradas, con el verbo aimer, être y avoir o con la partitura del Titanic...

viernes, 13 de noviembre de 2009

Seguimos con la tarea...


Ilustraré esta entrada poniendo como ejemplo de figura obsesiva a la del profesor de Sociales. Ha decidido impartir la Lección 3 del libro: Las formas de la Tierra en dos semanas. Con gripe A y sin gripe A, esto me lo liquido yo en un plis plás. ¡Es lo que toca! Son 22 páginas que contienen todo el relieve del mundo (no sé si ustedes recuerdan la de accidentes físicos que hay en el mundo...). A renglón seguido hago el examen, pongo mis notas y si media clase suspende "es porque los niños no hacen nada". ¡POR FAVOR, MESURA, TIEMPO..!

La respuesta de muchos compañeros/as a mis quejas es la siguiente: "pues de chicos/as, nosotros/as nos teníamos que aprender todos los ríos del mundo y no pasaba nada". Pero nosotros pensamos, junto con otros expertos en la materia, que podemos enseñar este tema parándonos a programar de verdad y echándole una poquita de sensatez y de creatividad al asunto.

A manera de ejemplo, me plantearía si verdaderamente me importa que mis alumnos y alumnas se sepan todas las montañas, llanuras, islas, penínsulas, golfos, océanos, mares, ríos y lagos de la Tierra. Si es así, a lo mejor podría dosificar la información e impartirla a lo largo de un trimestre, trabajando mapas mundi de Europa y de España, durante un día a la semana en clase. Entre medio intercalaría otros temas sin que se me venga EL MUNDO abajo. Con esta pequeñísima variante temporal, a lo mejor conseguiría que mis alumnos y alumnas estuviesen encantados de descubrir el Cañón del Colorado o el Delta del Ebro (esto supone previamente haberse molestado en buscar por Internet) y proyectárselo en una gran pantalla enseñandoles los hermosos rincones de la Tierra que pisamos. A esto también se le llama hacer esfuerzo, Sr. profesor.


Tareas hechas


Viernes: nuestro niño acude al instituto con todas sus tareas hechas, gracias a la amabilidad de una madre de un compañero que se pasó un tiempo considerable en informarnos sobre los deberes de los tres días que había faltado nuestro hijo. La conversación giró sobre la ingente cantidad de tareas que traen los chiquillos: "Se están pasando" me decía. "Y eso que a mí no me coge de nueva pues tengo un hijo en primero de Bachillerato". A reglón seguido, me empieza a contar que se pasa las tardes enteras, unas cuatro horas mínimas, atendiendo a su hijo con las tareas del Instituto, que se le acumula la plancha y que menos mal que su marido tiene estudios e interviene ayudando.

Lo que me cuenta esta madre del grado de implicación familiar no me cae de sorpresa. La persona que nos ayuda en casa tiene a sus hijos en segundo grado de primaria y nos cuenta el mismo calvario familiar de cada tarde: "ayer mi hijo traía veinte ejercicios de matemáticas y esta semana tiene cuatro exámenes". Los chiquillos trabajan y van bien pero con qué desgaste familiar...

Una amiga nuestra, madre de seis hijos, nos relata que sus dos hijos mayores, de 14 y 11 años se levantan a las cinco de la mañana para estudiar. Eso sí, son alumnos de 10. Pero vamos, yo recuerdo esos horarios de estudio durante la carrera y la tesis. Me parece totalmente impropio para una enseñanza obligatoria.

El comentario de mi peluquera, que tiene un niño en sexto, va en la misma línea: "Pepe, traía ayer veinte ejercicios de matemáticas, pero dice la profesora que tienen que ir muy bien preparado para el Instituto" y continúa "ha sacado un 7,5 en inglés y venía muy enfadado porque era muy poca nota. Él, si no saca por lo menos un 9, no está contento". Y podría seguir, los ejemplos no me faltan, tenemos muchos amigos que tienen niños y niñas de la edad del nuestro.

Y yo me pregunto indignada: ¿qué estamos haciendo con nuestros alumnos y alumnas?. Y claro que tengo la respuesta: estamos fomentando lo obsesivo, no le damos valor a lo que se está aprendiendo, no nos paramos a disfrutar de la materia que impartimos. Tan sólo tenemos en la cabeza que ¡hay que dar el temario! y la culpa a la Administración, que es la que crea el currículum; y a la LOGSE, (que por cierto, sólo la aplicaron una minoría de profesores y maestros verdaderamente interesados en la educación).

jueves, 12 de noviembre de 2009

Gripe "B" (o qué pasó después de la Gripe "A)



Debo aclarar que nuestro hijo es un niño normal. Es decir estudia y saca notas regulares, entre el 6,5 y el 8,5 dependiendo de la complejidad de la materia y del profesor que lo evalúe. Nosotros tampoco queremos más por ahora, ya que el niño también debe divertirse, jugar y pasárselo bien. Y por lo tanto procuramos que haya tiempo para todo.

Al ser profesores de Secundaria, el padre de Francés y la madre de Ciencias Naturales, nos repartimos las áreas: yo le doy la parte más humanista literaria y la madre la parte más científica. Como ninguno de los dos sabemos inglés, tenemos contratada a una maestra que le da una hora semanal.

Con todo este prólogo quiero precisar que somos una familia que vivimos exclusivamente para: nuestra profesión y el instituto del niño. Es decir, somos tres personas estudiando 1º de la ESO, ¡Y NO DAMOS ABASTO!

¡Claro! qué pasó después de la Gripe A de nuestro niño, pues que la madre enfermó... Ahora nos echamos a temblar, pues si éramos tres y no podíamos casi... Dar clases, aunque sea a tu hijo en estas condiciones, es muy sufrido. Además, eso sí lo tenemos que decir también, nuestro hijo no es lo que digamos sumiso, todo lo protesta... Es un poco cansado, porque de entrada es "NO", aunque después se aviene a razones.

Pero trabajar enfermo genera más tensiones y después de haber faltado al IES durante 4 días, las tareas escolares se habían multiplicado: 18 ejercicios de matemáticas, 16 frases de inglés y dos ejercicios, 21 de sociales y un mapa mudo, 5 palabras de lengua para definir, una lámina de dibujo de puntillismo más cuatro ejercicios del libro, un mapa para colorear y recortar de las regiones francesas junto con dos ejercicios de francés, 5 canciones de flauta aprendidas con sus pentagramas correspondientes, el examen de matemáticas que no hizo, para el próximo lunes, el examen de francés que no hizo para el próximo martes, el examen de naturales que no hizo para no se sabe cuándo porque la profe todavía no se lo dijo...

Además el profesor de sociales que le mandó 21 ejercicios (el mismo día que tenía el examen del tema, para que los que acabaran no le dieran la lata mientras él vigilaba a los demás), le pidió un mapa que había que completar. Nuestro hijo le dio el justificante de haber estado enfermo y le enseñó los siete ejercicios que tocaban para ese día: "¡BAH, te pondré un regular, te falta el mapa!" Acto seguido el chico le preguntó por la calificación del examen y a lo que le contestó que "no tenía tiempo para eso..."

Después nos enteramos de que obtuvo un 7,5. Una duda ¿si hubiera suspendido, se lo habría dicho de inmediato...?

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Gripe "A"


Nuestro hijo enfermó el viernes. Es alérgico y pensamos que era un nuevo brote frente al componente alérgeno. Ese día no fue al Instituto. Para nuestra sorpresa el chico empieza a tener fiebre alta, muy alta. Llamamos al médico y nos dijo que se quedara en cama tomando paracetamol y cuidando de que estuviera hidratado. Si en 3 ó 4 días no baja la fiebre, entonces habrá que ir al hospital.

El chico estuvo en casa hasta el miércoles. El lunes tenía un examen de matemáticas y el martes, dos, uno de francés y otro de naturales. Ya entramos en el primer dilema. El sábado tuvo fiebre de 40, pero ya el domingo empezó a remitir, aunque claramente estaba extenuado por la paliza de la fiebre en sí... Habíamos preparado los exámenes hasta el viernes que se puso malo, pero quizás podría defenderse. Pero sobre todo el no ir significaba acumular exámenes para otros días y "deberes". Ya en un día normal, el niño entra a las 8:15 h y sale a las 14:45 h. Mientras come y descansa un poco, nos volvemos a poner con él desde las 16:30 hasta las 19:00 ó 19:30 h., según el día. Después lo llevamos a deporte, porque es un chico muy activo y necesita liberar mucha energía. Acabamos con la ducha, la cena y la entrada en el sueño. Así llegamos a las 23:00 h.

Desde luego es penoso tener que plantearse si un niño enfermo, debe ir al Instituto para cumplir con sus obligaciones, cuando cualquier adulto en las mismas circunstancias no tiene que dar cuenta a nadie, simplemente presenta su justificante de haber estado enfermo y "santas pascuas". Aquí se plantea la duda porque no hay una postura unánime por parte del equipo educativo, ya que estamos sometidos al arbitrio de 11 personas distintas y lo que a uno le parece bien, a otro le parece intolerable.

Por otra parte, estamos en un país que protege la explotación laboral de los menores de 16 años. Esto es sin duda de alabar. Pero si vamos sumando las horas de esfuerzo y trabajo de nuestros menores vemos que en el Instituto se pasan 6 horas diarias, más 3 ó 4 que pasan en su casa (la mayoría de los chicos y chicas verdaderamente preocupados por los estudios), nos ponemos en 9 ó 10 horas diarias dedicadas a un trabajo intelectual que consiste básicamente en realizar al pie de la letra todas las actividades que contienen determinados libros de textos elegidos previamente por el profesor, sin tener en cuenta verdaderamente el aprendizaje que puede quedar en cada uno de ellos.

martes, 10 de noviembre de 2009

Objetivo de este blog




Somos una pareja de padres, ambos profesores, preocupados por el destino incierto que asoma a la vida de nuestro hijo en el Instituto. Vivimos en una gran ciudad y elegimos cuidadosamente el centro público al que íbamos a llevar a nuestro hijo.

Ahora, estamos escandalizados de la cantidad ingente de trabajo inútil que tiene que soportar por mor del capricho de muchos profesores y por la incompetencia de tantos otros.

Queremos permanecer en el anonimato todo el tiempo que sea posible, pero queremos también dar a conocer, como padres, el sufrimiento de la familia para que el chico pueda alcanzar el "prestigioso" título de Graduado en Educación Secundaria Obligatoria.

También queremos reflexionar y aportar nuestra experiencia como enseñantes, por si, algún profesor o profesora se topara con este blog, y tuviera la posibilidad de pararse a pensar qué está haciendo con la vida de sus alumnos y alumnas y, en consecuencia, con la vida de las familias de esos chicos y chicas.