viernes, 20 de noviembre de 2009

Bien por la profe de inglés

La profesora de inglés tiene también sus años de experiencia en la enseñanza pero no está "quemada". Eso sí, me consta, que está bien cansada al final de la mañana después de haber luchado intensamente con una media diaria de 120 alunnos y alumnas.

Es entusiasta, se ríe con los niños, los deja moverse, hace las clases amenas y muy llevaderas y lo que es de resaltar no tiene miedo a poner buenas notas. Desde aquí, gracias, a esta señora que ha sabido elegir un manual con contenido pero atractivo para su alumnado.

Descubrir que tu hijo va a clase con ganas, sin presión, se agradece enormemente en los tiempos que corren. ¡Tan difícil es no ser causa de angustía para los estudiantes!
Está claro que esta profesora es fuente de motivación: "Nos ha dicho que tenemos que leer un libro de lectura, mamá" me expresa mi hijo con alegría.
No tenemos agobio de tareas en casa. Estas se realizan en su mayoría en clase. Nuestro hijo estudia una hora a la semana con una profesora especialista y avanza sin problemas.

Nosotros sabemos de sobra que un idioma se aprende a pequeñas dosis (un cuarto de hora diario nos parece la medida justa). Los consejos de la profesora van en el mismo sentido. De este modo se va creando una madre que es la que permitirá que surjan nuevos retoños.
Creemos como enseñantes que somos, que lo más importante en nuestra profesión es no producir rechazo en nuestros estudiantes. Si en las clases se fomentan la interacción y el intercambio habrá sin lugar a duda aprendizaje. La profundización vendrá después. La vida se encarga siempre de pedirte que te especialice en una materia u otra. ¡Y claro que lo haces cuando estás motivado o la necesidad te apremia!

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