jueves, 26 de noviembre de 2009

Conversaciones con la tutora


Reunirse con la tutora de mi hijo es siempre una alegría. Cuando hablo con ella siempre recojo algunas pautas de didáctica y metodología.

Este miércoles, me reuní con ella delante de un café, para saber de los avances de mi hijo. Le planteé que lo que más le costaba era memorizar, en parte, debido a su impaciencia. Se cansa muy pronto y eso conlleva discusiones que a su vez hartan hasta el más pintado.

Me hizó dos observaciones muy interesantes que apliqué ayer tarde con las asignaturas de Plástica y Sociales. La primera fue la siguiente: "No tendrás al niño estudiando más de 45 minutos seguidos. ¿No?" y la segunda me resultó más pertinente si cabe: "Empieza por presentarle el tema de una forma global. Los niños y niñas de ahora lo perciben todo globalmente. Que empieze a estudiar por el esquema y después que añada más conceptos del resumen al tema".

Tengo que reconocer que hasta ahora no he venido siendo sistemática a la hora de pedirle que memorizara. Unas veces hemos construido un esquema y hemos partido de él y en otras ocasiones el resumen nos ha servido de punto de referencia. Espero que me dé resultado.Ya os contaré.

M.A. me enseñó el examen práctico que mi hijo acababa de hacer el día anterior y me comentó: "¿Te enseñó tu hijo el examen teórico corregido?"."Es que los controles en mi asignatura se llevan a casa, son de ellos. Tienen que estudiar a partir de sus errores". "Ya le he informado al equipo educativo, con una LEY por delante, que los controles son propiedad de los alumnos y alumnas. ¡A ver qué hacen ahora! Como mínimo tienen la obligación de entregarlos y corregirlos en clase".

Esta profesora sabe ser jefe de fila, tiene autoridad.Es eficaz. Le gusta ver resultados.Os recuerdo que le pedí por teléfono que la profesora de matemáticas hiciera el favor de enseñar los controles a la clase. Su respuesta fue automática. El mismo día de la reunión corrigió el examen en la pizarra. Los alumnos y alumnas lo copiaron en su cuaderno y en una segunda sesión cada uno pudo ver sus errores. No se me olvida la expresión de júbilo de mi hijo cuando llegó a casa a mediodía y me dijo: "¡Mamá, M. nos ha enseñado el control! ¡Qué fallos más tontos he tenido!".

Lo mismo ha ocurrido con los deberes que solicitaban a diario cada profesor. Desde el jueves de la semana pasada nos hemos visto algo aliviados de tantos ejercicios. Ella opina que los profesores tienen que mandar los necesarios, pues los alumnos y alumnas no deben tener una jornada laboral más larga que la de un adulto."Los niños pasan ya seis horas diarias en clase, no pueden estar trabajando cuatro horas más todas las tardes, asi se lo he expresado a mis colegas" me refiere. Además continúa: "Los fines de semana deberían de ser para descansar y disfrutar de la familia".

Ese mensaje parece que ha calado en algunos miembros del equipo educativo. No obstante ayer, sin tener que hacer deberes, estuvimos tres horas estudiando: Inglés, Sociales y Plástica. Son los controles que están en puerta.

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