
Pero he aquí que interviene M.A. Tiene la cualidad (no cesaré de decirlo) de reflexionar sobre su trabajo y de intentar buscar soluciones que no sean frustrantes para el alumnado. Le ha sugerido a sus compañeros y compañeras que señalen unos 10 ó 12 vocablos específicos de cada tema y que la penalización de la ortografía se haga exclusivamente sobre esas palabras en ese control. Les ha propuesto además que se detengan unos minutitos para reflexionar sobre las reglas de acentuación del vocabulario seleccionado. Con ello pretende que poquito a poco, los alumnos vayan incorporando palabras nuevas con su correcta ortografía. A final de curso sumarían una cantidad considerable, ¿no creen? Entendidas así, las faltas de ortografía, a mi juicio, toman una dimensión más humana. ¡Me parece genial! ¿Será escuchada una vez más en sus ideas innovadoras?
Por mi parte pienso aplicar la técnica con mi hijo que algún que otro acento se deja en el camino...
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